jueves, 18 de noviembre de 2010

La Corona controla a la Iglesia.

La Corona española buscó ejercer su autoridad sobre los hombres de la Iglesia. Así, cuando los obispos y arzobispos eran nombrados, debía jurar obediencia al rey en materia religiosa. 
Los reyes de España también pretendieron vigilar la conducta del clero. Por eso, pedían a las autoridades eclesiásticas que castigaran severamente conductas consideradas escandalosas. 
A pesar de la vigilancia de los funcionarios reales, algunos religiosos usaron su traslado a América para enriquecerse.

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